En el marco del Día Internacional de las Trabajadoras Domésticas conmemorado el 30 de marzo, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía dio a conocer que en el país hay 1.8 millones de trabajadoras domésticas que realizan quehaceres de limpieza y otras actividades complementarias.
De esta cifra, 99 de cada 100 trabajadoras no cuentan con un contrato escrito. Esto tiene repercusiones en su labor, tanto para acceso a salarios justos, como para prestaciones y apoyos económicos provistos por sus empleadores, cabe señalar que actualmente solo 4 de cada 100 tienen acceso a servicios de salud; y apenas 14 de cada 50 tienen algún otro tipo de prestaciones, como aguinaldo y vacaciones.
De acuerdo con la institución, en promedio, trabajan 30 horas a la semana y perciben un ingreso de 38 pesos por hora trabajada. Sin embargo, por cada 100 de ellas, 42 cumplen con jornadas de 35 o más horas, 40 trabajan de 15 a 34 horas y 18 mujeres laboran menos de 15 horas semanales.
Considerando los diferentes rangos de salario mínimo mensual, un 58% de las trabajadoras y trabajadores del hogar perciben de uno a menos de un salario mínimo. El 38% obtienen de uno a dos salarios mínimos y 4% reciben más de dos hasta tres salarios mínimos por sus servicios. Esto refleja que las jornadas de trabajo son largas y los ingresos son escasos.
A esto se suma la desigualdad a los recursos que pueden acceder. En promedio de escolaridad de las trabajadoras domésticas es de 8.2 años, equivalente al segundo grado de secundaria. Conforme al nivel de instrucción, 5% no recibieron ningún tipo de instrucción en la educación formal, 37% cuentan con estudios de primaria, 41% de secundaria y 17% de educación media superior y superior.
Cabe agregar que las trabajadoras domésticas tienen en promedio 44 años de edad, por lo que se concentran principalmente en los grupos de 30 a 44 y 45 a 59 años, ambos grupos representan el 75% de las trabajadoras del hogar que prestan sus servicios de forma remunerada.
¿Cuáles son sus labores?
La ocupación de trabajadora doméstica que predomina es la que se refiere a la realización de quehaceres de limpieza y otras actividades complementarias (86%). Le siguen, el cuidado de menores de edad, personas con alguna discapacidad y adultos mayores (11%), lavar y planchar ropa (2%) y las ocupaciones relacionadas con cocinar, cuidar jardín, vigilar o cuidar accesos a propiedades (1%), todas ellas en casas particulares.